Judit Mascó siempre estuvo abonada al realismo como género de vida, sin iluminaciones ni fantasías maravilladas. Hija de maestros, de trato afable pero con las ideas muy claras, una fuerte determinación y sin asomo de divismo, se hizo un nombre grande en la moda, una marca de oro. Construyó una gran familia -casada con Eduard y madre de María, Paula, Romitha y Clara-, cultivó un huerto y escribió un libro. No le costó nada transcender a su fama de rubia con culo respingón que despuntó a principios de los noventa como portada de Sports Illustrated.