Carecían de una planificación específica obligatoria con una evaluación de riesgos para la excursión recreativa, no contaba con un plan de evacuación, en una actividad que superaba la profundidad permitida y, encima, se llevaba a cabo en el interior de un pecio, que lleva implícito unos peligros extremos, que requieren una experiencia, entrenamiento, habilidad y equipo especifico. Estas son las principales irregularidades detectadas en la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil, y que han desembocado en la detención del guía y director técnico de centro de buceo Siete Mares, de Las Canteras, por la muerte de la submarinista aficionada e investigadora de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, María Casanova Masjoan, que quedó atrapada en la inmersión a 41 metros de profundidad en un barco hundido en aguas del puerto de La Luz, como adelantó ayer este periódico. El local fue precitado para un peritaje, ante la presunta autoría de un homicidio por imprudencia grave.

La investigación detalla la existencia de una mala praxis profesional por parte del guía de la inmersión y director técnico de la empresa de buceo que realizó la actividad, que podría haber incurrido en varias imprudencias .

La Guardia Civil informó ayer que los agentes detectaron durante la investigación diferentes ilegalidades. Entre ellas, comprobaron que el grupo de submarinistas “carecía de una planificación especifica obligatoria según la normativa, para la realización de buceo previa a la inmersión que incluía una evaluación de riesgos, en la cual se debía haber tenido en cuenta entre otras cosas el lugar, profundidad, tiempo, consumo de aire y, sobre todo, experiencia y titulación del buceador. Aún así, se llevó a cabo la inmersión superando la profundidad superior a la permitida y en el interior de un pecio, la cual por sus características técnicas lleva implícito unos riesgos extremos que requieren una experiencia, entrenamiento, habilidad y equipo especifico”.

Por otro lado, añade la Guardia Civil, “los agentes pudieron comprobar que no se activó el correspondiente plan de evacuación, según las manifestaciones vertidas en la investigación, concretamente al haber ascendido a superficie sin realizar el resto del grupo la correspondiente parada de seguridad, siendo conocedor por su trayectoria profesional de que si ascendían sin realizar la parada, ponía en peligro la vida de los otros buceadores”.

Los hechos ocurrieron el 10 de octubre, cuando la submarinista desapareció dentro del pecio hundido hace 30 años ‘Soo Yang’, en zona de “Los narcóticos”, que se apoya en un lecho marino a 41 metros de profundidad, y en cuyo interior solo quedan restos metálicos oxidados y cortantes.

Buceadores del Grupo de Especialistas de actividades subacuáticas (GEAS) localizaron el cuerpo en una segunda inmersión, pero tuvieron que dejarlo hasta el día siguiente. El domingo realizaron otras dos inmersiones “para la recuperación y extracción del cuerpo y todo su equipo de buceo que se encontraban en una zona de difícil acceso”. La maniobra fue compleja, ya que los agentes “avanzaron al exterior de espaldas para minorizar los enganches continuos y los obstáculos en los pasos estrechos”.

El guía, de 45 años, fue detenido el viernes por un presunto delito de homicidio por imprudencia grave. Y se precintó la sede de la empresa de Las Canteras.