La mayoría de los trabajadores no vacunados no querían poner el brazo. Opción con consecuencias, uno de ellos se contagió y metió el virus en esta residencia. 21 positivos y una anciana con patologías previas fallecida. Pero la vacunación no es obligatoria y a pesar que es un puesto de trabajo especialmente sensible, la decisión de no vacunarse estaría amparada legalmente. No se puede despedir, sí apelar a la responsabilidad de cada uno y además a la hora de nuevas contrataciones, la decisión sí la toman los centros. El 85 por ciento de los trabajadores de residencias está vacunado. En enero ellos fueron los primeros en recibir los pinchazos. Pero ahora la situación es otra. Más información sobre la vacuna y sobre sus incuestionables efectos beneficiosos. La mortalidad en residencias se ha reducido prácticamente a cero.