Canarias se presentará en el Consejo Interterritorial de Sanidad, que se celebra hoy en Madrid, con un plan alternativo al borrador que ha elaborado el Estado para decretar una serie de restricciones por Navidad. Así, el Ministerio de Sanidad, pretende limitar las reuniones familiares a seis personas y establecer un toque de queda, hasta a la una, las madrugadas del 25 de diciembre y el 1 de enero.

La idea de Canarias, con una situación sanitaria más benévola que la del resto de comunidades autónomas, es mantener para las próximas fiestas el máximo de 10 personas por reunión. Más dudas genera el toque de queda nocturno. En las Islas, actualmente, no se ha fijado ningún límite horario para la población, aunque se estudia la posibilidad de establecer algún coto para fechas como Nochebuena, Fin de Año o Reyes.

Blas Trujillo, consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, apuntó ayer que “hasta ahora, en cada Consejo Territorial, el Ministerio de Sanidad se ha mostrado propenso a debatir las propuestas de cada comunidad autónoma”. “En cada reunión”, añadió, “el Estado ha planteado elementos de una estrategia global adaptable a cada territorio. Y esperamos que mañana [hoy para el lector] se mantenga esa dinámica”.

El titular del área de Sanidad del Ejecutivo regional recalcó que “existe una modulación a la hora de afrontar las medidas a establecer. Todos los acuerdos parten de la situación pandémica del territorio, pero eso no quita para que haya medidas transversales, propuestas por científicos, médicos o epidemiólogos, que se deben ejecutar en todas las autonomías”.

La propuesta canaria pasa por mantener un límite de 10 personas por reunión

En el plan elaborado por el Gobierno de España para las fiestas navideñas se limita el aforo de las reuniones a seis personas y fija el toque de queda a la una de la madrugada en días señalados como Nochebuena y Nochevieja, al tiempo que aconseja no celebrar la Cabalgata de Reyes.

También plantea a los estudiantes universitarios que regresan a casa para las vacaciones “que limiten las interacciones sociales los días anteriores de su regreso a casa y que extremen las medidas de prevención” en su destino.

El Gobierno aspira a “establecer un marco común y claro” de medidas que favorezca que las recomendaciones se hagan de “una forma clara, consensuada y coordinada, además de lo más anticipada posible”, para que haya tiempo suficiente para que la población se organice.

“Debemos planificar unas Navidades diferentes sin quitarles el alma y el espíritu que las hace una de las fiestas más apreciadas por la ciudadanía”, sostiene el Ejecutivo central, quien sin embargo recuerda que hay que “considerar modificaciones en los planes navideños” con el fin de reducir la propagación del virus.

Cautela del resto de partidos

Distintos partidos políticos y gobiernos autonómicos han incidido en que esas medidas para la celebración de las fiestas navideñas en el marco de la pandemia se tienen que debatir en el seno del Consejo Interterritorial, han pedido cautela y dan por hecho que no serán unas navidades normales.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, señaló ayer que lo más importante respecto a las fiestas navideñas es llegar a un consenso con las comunidades autónomas con una serie de “recomendaciones claras” y aclaró que “no hay nada definitivo”.

En ese sentido, aseveró que no está previsto que esas medidas se vayan a cerrar hoy en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, porque es “un proceso de discusión al que quiere llegar con consenso”.

Criterios técnicos y científicos

El Partido Popular reclamó que el plan se decida en coordinación con las comunidades autónomas y que esté basado en criterios técnicos y científicos, y el PNV criticó que el Ejecutivo no haya enviado su propuesta a las autonomías antes de que se publicara en los medios de comunicación.

Castilla y León, una de las autonomías más afectadas, es partidaria de mantener su cierre perimetral, si bien considera que habría que valorar la situación de las provincias con mejores datos epidemiológicos. También pretende que no se permita la asistencia a las campanadas de Fin de Año.