La pobreza se enquista en Las Palmas. Cáritas Diocesana de Canarias atendió, según su Memoria institucional 2018, a menos personas en las tres islas orientales con respecto al ejercicio anterior a causa de su mayor exclusión social, de hecho, hasta debió acompañar a 41 familias con menores de edad sin hogar, en la calle; es decir, padres con hijos sin un techo en Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote. Al menos, "ninguna terminó el año en la calle gracias nuestras alternativas alojativas para no provocar el desamparo de los menores y la desestructuración de las familias, pero entendemos que hay más en la misma situación, realmente, y que no llegan a Cáritas", alertó ayer la secretaria general de la institución eclesiástica en la provincia oriental, Caya Suárez, al presentar otro balance anual negativo a causa de un "modelo social que excluye y reproduce la pobreza" en Canarias.
Junto al obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, y el director de Cáritas en Las Palmas, Gonzalo Marrero, la responsable del organismo oficial de la Iglesia para la acción caritativa y social detalló que "las familias se acercan, tras agotar todas las prestaciones públicas y pedir el apoyo de las administraciones, ante un desahucio programado en breve o inminente, dormir con los niños en la calle esa misma noche, por lo que se ponen a su disposición todos los recursos disponibles". En concreto, "intentamos buscar alternativas de viviendas cedidas a Cáritas para un acompañamiento temporal a corto plazo, es verdad, que también nos vimos abocados a que tengan que ir con los menores a pensiones, con lo que supone al no tener unas condiciones dignas", lamentó Caya Suárez antes de advertir sobre la tendencia al alza en la pérdida de vivienda "debido a los alquileres superiores a los ingresos familiares, incluso teniendo empleo, pero la situación sangrante y el desamparo absoluto se agrava aún más" sin una entrada económica.
Por ello, la secretaria general de Cáritas Diocesana de Canarias reclamó a las administraciones "medidas urgentes ya, desde alquileres sociales, vivienda pública o alojamiento temporal mientras las familias encuentran una alternativa de mediación" ante su emergencia residencial. También el obispo Francisco Cases demandó un acuerdo político contra la exclusión social, "además de pactos para repartir concejalías y puestos", porque la recuperación económica o "la salida de la crisis ha alcanzado a unas personas, pero no a muchísimas, es el problema, incluso ahora tenemos trabajadores con empleo bajo el nivel de pobreza".
En opinión del prelado de Canarias, "la sociedad está fallando mucho, la cultura individualista genera unos problemas, cada uno mira por sus intereses y el beneficio es el valor principal, Cáritas solo sale al paso de lo que puede, de la franja que está más por debajo, pero los problemas que atendemos son de la sociedad, por tanto, de las administraciones públicas".Mujeres y migrantes
En total, Cáritas atendió durante el pasado año a 7.159 personas en Las Palmas, aunque sus acciones beneficiaron de manera indirecta a más de 22.100 ciudadanos si se contabilizan todos los miembros familiares.
"El nivel de impacto de las dos instituciones en Canarias llega a 37.000 personas, lo que permite volver a constatar una realidad de años anteriores, que Las Palmas tiene una prevalencia de pobreza y exclusión superior a la provincia tinerfeña", completó Gonzalo Marrero antes de añadir otro par de conclusiones a la memoria anual, disponible en la web caritas-canarias.org. Además de coincidir con el obispo en que "las mejoras económicas en esta diócesis no llegan a las familias más pobres y vulnerables", el director de Cáritas de Canarias advirtió sobre la consolidación de "colectivos emergentes y crecientes con necesidades específicas de acogida y acompañamiento", entre los que citó a las mujeres (60,6% del total de personas atendidas en 2018), los ciudadanos sin hogar (1.400) o los migrantes (30% del total tras crecer un 6,2% respecto a 2017, 25,5% extracomunitario y 4,5% comunitario, con Marruecos y Venezuela como principales nacionalidades tras duplicarse el pasado año).
"La pobreza se sigue heredando de padres a hijos", según la secretaria general de Cáritas Diocesana de Canarias, "¿cuántas generaciones más tienen que pasar?"
