Calificación: *** País: China y EE UU, 2020. Dirección: Mariane Heller. Guion: Micah Fitzerman-Blue y Noah Harpeter, basado en el libro de Tom Junod. Fotografía: Jody Lee Lipes. Música: Nate Heller. Intérpretes: Tom Hanks, Matthew Rhys, Susan Kelechi Watson, Tammy Blanchard, Chris Cooper, Maryane Plunkett, Enrico Colanton. Duración: 109 minutos.

Hay que reconocer sus virtudes porque creó un nuevo estilo de periodismo que revolucionó unos esquemas humanos y profesionales que habían quedado obsoletos, logrando convertirse en un auténtico hito en el campo de la comunicación en el que se vieron identificados millones de espectadores de televisión que coparon la pequeña pantalla desde 1968 hasta 2001. Todo este fenómeno, liderado por el periodista Fred Rogers, adquiere ahora una dimensión personal y repleta de vida en un loable largometraje que recoge una experiencia que no dejará indiferente a nadie.

La suerte, además, se ha unido en parte a la directora, Mariane Heller, que ha tenido en sus manos un material muy jugoso, nada menos que el libro de Tom Junod Can you say hero? en el que se ha basado. Los méritos restantes los ha aprovechado la cineasta, autora solo de dos películas previas, The diary of a teenage girl y ¿Podrás perdonarme algún día?. Lo que menos cabe, por tanto, es la sorpresa, más aún si tenemos presente que Tom Hanks, que incorpora a Rogers, fue nominado este año tanto en los Óscars como en los Globos de Oro al mejor mejor actor de reparto.

La película adquiere su verdadero sentido a medida que se va forjando la relación entre Rogers y Lloyd Vogel y se va conformando un diccionario de términos que aglutinan cariño y sensibilidad y con millones de niños enganchados al programa El Vecindario de Mister Rogers.

Con un control evidente de las riendas del programa, la cinta no renuncia a profundizar en un mundo cambiante y hasta se permite entrar en el terreno personal, que es decisivo cuando se producen conatos de agresión, con derramamiento de sangre, entre Lloyd y Jerry Vogel.

En un mundo cambiante en el que los jóvenes luchaban contra una serie de dificultades y se sentían a menudo incomprendidos, Mister Rogers dedicó su tiempo a escuchar y conectar con ellos, haciéndose con el apoyo de millones de norteamericanos. Un tema al que hay que agregar una dirección que huye del tópico narrativo y que busca siempre soluciones personales.