Calle Margarona. Un nombre sin apellidos pero que encierra el alma de La Graciosa. Mujer, esposa, madre, política, sepulturera, cabrera, camellera, tendera... Hablar de Margarita Páez Guadalupe es hacerlo de una mujer, de Margarona, que ha dedicado su vida a La Graciosa. Porque en sus 68 años de vida la que tiene el título honorífico de alcaldesa pedánea de La Graciosa ha tenido que hacer literalmente de todo para contrarrestar las enormes carencias que han padecido los habitantes de la octava isla. Así que La Graciosa cuenta desde ayer con una calle dedicada a esa mujer a la que todavía siguen tocando en su puerta.

"Yo he tenido que hacer de sepulterera, he cuidado cabras y camellos, he ayudado en los partos,he repartido los medicamentos cuando llegaban en valija hasta la isla y creo que he contribuido a hacer de La Graciosa una isla más moderna". Y hacer más moderna a La Graciosa es sencillamente que a esta pequeña isla de calles de arena llegara la luz, el agua, el teléfono, el colegio, el centro de salud y hasta una ambulancia. "Yo he trabajado mucho así que creo que si me dan este homenaje es porque me lo merezco", asegura.

"Hablar de La Graciosa y no hablar de Margarita Páez es como hablar de Lanzarote y no hablar de César Manrique, Jesús Soto o Rosana€, de la gente que por una razón u otra ha dejado huella y ha sacado con dignidad el nombre de nuestras islas más allá de nuestras pequeñas fronteras. Margarona, que es como cariñosamente la han llamado desde Adolfo Suárez pasando por José Luis Rodríguez Zapatero y llegando a Mariano Rajoy es el alma de La Graciosa, el espíritu de esta isla", subrayó el alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort durante el homenaje que se le brindó ayer a Margarona. Un acto previo a la futura declaración de Hija Predilecta de Teguise.

Betancort destacó el papel que ha desempeñado Margarona en el desarrollo de La Graciosa. "Gracias a su esfuerzo, a su empeño, gracias al tesón que puso y a las horas de entrega, logró muchos de los avances que hoy en día consideramos normales. Ser graciosero hace años no era nada sencillo", prosiguió el alcalde.

Una mujer con carácter. "Cuando estaban haciendo el muelle nos tuvimos que desplazar a Tenerife para quejarnos porque lo estaban haciendo no con cemento sino con polvos talcos y se estaban creando unos agujeros enormes", señala Margarona quien a pesar de estar ya jubilada reconce que siempre está dispuesta a echar una mano a quien lo necesite. "Si tocan en mi puerta allí estoy", indica.

Margarona fue concejal de Teguise durante 22 años (ejerciendo como representante municipal para La Graciosa) y consejera del Cabildo durante un mandato.

"Ha sabido ejercer como nadie de alcaldesa pedánea y de anfitriona de todos los que han pasado por aquí, que vieron en ella en seguida la singularidad de un lugar único. No conozco a nadie que hable mal de esta mujer, y conozco a muchísimas personas que hablan maravillas. Ante todo ha sido y sigue siendo una mujer luchadora y trabajadora, que ha utilizado la política como instrumento para hacer valer los derechos de los suyos, de los gracioseros. Independientemente de colores políticos, ella ha sido y debe ser un referente para las generaciones venideras", resalta el alcalde.

Margarona confiesa estar emocionada. Ahora tiene su calle justo delante de su casa y detrás del que fuera su supermercado. Un establecimiento que durante muchos fue la auténtica oficina municipal para los gracioseros.