La fiscal Clara Serrano pidió al Jurado que declare culpable de asesinato a Jesús. M.L., quien mató en enero de 2018 en Morro Jable a un joven de 26 años que estaba de ocupa en su vivienda, y que descarte las atenuantes de trastorno mental transitorio y arrebato. “El problema de ocupación es serio en España, pero los propietarios no matan a sus inquilinos, la mayoría no reacciona de esta forma, aunque tengan altercados con los ocupas”, indicó la fiscal en su informe final en la cuarta sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de Las Palmas contra el acusado, un cocinero asturiano jubilado de 64 años, para quien pide una pena de 22 años de cárcel.

Para Serrano, la versión ofrecida por el acusado de los hechos ocurridos la noche del domingo 21 de enero de 2018 en el bar “Eliseo” y en la calle, a unos 30 metros del local, donde falleció Enzo Jesús O.H., “no es creíble y ha quedado desvirtuada por los testigos que los presenciaron y por la prueba pericial practicada”, señaló Serrano. Además, añadió, que “la víctima no tuvo posibilidad de defensa y el acusado premeditó su asesinato con el arma que empleó, un bastón que tenía atado en la punta la mitad de la hoja de una tijera, que estaba pensaba y planeada para cometer el crimen”.

Está claro que el procesado asestó diversas puñaladas y que el joven murió como consecuencia de estas heridas, por lo explicado por los médicos forenses y por los numerosos testigos que dicen que fue el acusado quien le clavó el bastón, primero en el bar y después en la calle, cuando estaba apoyado en un coche, y quien le golpeó con piedras cuando cayó al suelo.

Además, el procesado sabía que el palo tenía una lanza por cómo la empleó, pues los testigos dicen que lo pinchaba y dirigía su agresión a zonas vitales y con fuerza, por lo que no cabe que lo hiciera “sin querer o saber”.

La acusación particular, ejercida por la madre y el hijo menor del fallecido, y que reclama una condena de 25 años de prisión por el delito de asesinato, coincidió con lo expuesto por la fiscal y abundó en la numerosa prueba de cargo contra el acusado que se ha presentado desde el lunes en el Tribunal.

La defensa reconoció que su cliente es autor de un homicidio en el que concurren las atenuantes de trastorno mental transitorio y arrebato, y por el que pide una condena de 7 años y medio de prisión para su cliente.

El acusado, en su derecho a la última palabra, juró “por lo más sagrado de este mundo que nunca tuvo intención de hacer daño al joven, y menos quitarle la vida, y que tampoco lo deseó. Yo daría mi vida a cambio si arreglara el problema”. Además, pidió perdón a la familia y conocidos.