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El miedo al virus y la merma de las rentas avivan las ventas de vehículos de ocasión

Las guaguas pierden, también por el teletrabajo y los ERTE, un tercio de la clientela habitual | El ‘rent a car’ nutre el mercado de segunda mano con coches poco usados

Vehículos destinados el alquiler y aparcados en un descampado del Sur de Tenerife. Andrés Gutiérrez

El riesgo de contagio y el auge del teletrabajo restan clientes al transporte público. A ello se suma la merma de rentas, real o prevista, que provocará en no pocos trabajadores la crisis económica desatada por el coronavirus. La conjunción de ambos factores trasladada al mercado a la automoción provoca un desplazamiento de la demanda hacia el segmento de los vehículos de ocasión –segunda mano– que se anota en los últimos meses una recuperación.

Según datos de la Federación Regional Canaria de Empresarios Importadores y Concesionarios de Automóviles (Fredica), las ventas en septiembre de vehículos usados creció un 14,88% con respecto al mismo mes del año pasado. Una tendencia que, según las cifras que maneja la Patronal de Concesionarios de Automoción de Canarias (Aconauto) comenzó a vislumbrarse desde julio, cuando el incremento interanual ya fue del 9,43%, porcentaje que se tradujo en el cambio de manos de 9.438 vehículos en las Islas.

La necesidad de contextualizar obliga a dejar claro que no se trata de un resurgir de la venta de coches. Esta pujanza del vehículo de ocasión es prácticamente la única buena noticia que puede intercambiar el sector en medio del inquietante páramo en que se ha convertido el Archipiélago. “El gran batacazo es Canarias”, resume el presidente y CEO de Domingo Alonso Group, Óliver Alonso.

¿Qué dureza encierra ese golpe? Según las cifras que exponen las patronales nacionales del sector, las ventas de vehículos nuevos se desplomarán alrededor de un 35% respecto a este año. Alonso advierte de que el descenso en el caso de Canarias puede llegar hasta el 50%. Con el agravante de que nadie es capaz de atisbar aún el inicio del camino de regreso a la normalidad que existía antes de estallar la pandemia global.

Menos viajeros en guagua

Esa senda es la que sí ha tomado el vehículo de ocasión y las razones principales son las citadas. De un lado, los traslados al lugar de trabajo se han reducido por el temor al contagio, el teletrabajo, los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y los despidos. Esta semana, el Instituto Nacional de Estadística (INE) señaló que las guaguas urbanas perdieron en agosto un 30,2% de usuarios con respecto al mismo mes de 2019.

El otro motivo es la debilidad de las economías domésticas, actual o futura. Es decir, aún más de cien mil trabajadores están afectados por ERTE en las Islas, otros se han visto obligados a firmar un finiquito y el resto ha puesto sus barbas a remojar ante la proliferación de pronósticos oscuros para el futuro inmediato.

“Las economías domésticas se están viendo seriamente afectadas por la situación actual. Si alguien tenía pensado cambiar de coche el próximo año, probablemente ahora opte por un vehículo de ocasión”, apunta la vicepresidenta ejecutiva de Aconauto, Yara de León. El foco del interés comprador se desplaza a un escenario que, para terminar de cerrar el círculo, está bien surtido de existencias, con el rent a car (alquiler de vehículos) como protagonista tan sobrevenido como indeseado.

No hay turistas y eso provoca, entre otras muchas cuestiones, el desplome de este sector. “Los rentacaristas han empezado a vender, tenían un stock en Canarias de unas 90.000 unidades, muchas de ellas con menos de dos años”, explica el presidente de Fredica, Rafael Pombriego.

Es este tipo específico de transacciones de los pocos que se mantienen en positivo (14,29%) al cierre del tercer trimestre del año dentro del mercado de vehículos de ocasión, que cae un 17%. En Aconauto ya descuentan que el ejercicio se cerrará en negativo, como era de prever, aunque estiman que en 2021 la tónica se invertirá y se producirá un crecimiento en el vehículo de ocasión del 12%.

Tomando los datos de Fredica para el mes de septiembre, se constata la existencia de los dos grandes grupos de compradores derivados de la crisis del coronavirus. El 46,06% de las ventas tuvieron por objeto vehículos de más de diez años y sus protagonistas fueron aquellos que se alejan del transporte público y buscan coche a “precio barato”. El otro colectivo lo nutren quienes se han encontrado con automóviles seminuevos –menos de cinco años– en gran medida procedente del rent a car; protagonizaron el 43,19% de las compras.

Involución en el transporte colectivo

Una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) constata el aumento del uso del vehículo privado. El transporte público es el espacio percibido como más peligroso (un 31% lo considera muy inseguro), por delante de actividades deportivas en espacios cubiertos (28%) y eventos culturales (25%). Según la OCU, el miedo al contagio es “determinante” en la captación de nuevos compradores de vehículos usados. En plena transición ecológica, en la que la apuesta por el transporte público es uno de los ingredientes para reducir las emisiones de gases nocivos a la atmósfera, se produce una caída del número de usuarios. Resta por conocer si, como se espera que ocurra en muchos ámbitos, la aparición de una vacuna eficaz permitirá retornar a la situación que existía antes del estallido de la pandemia y el posterior confinamiento. Además, los datos del Instituto de Estudios de Automoción para Sumauto –especialista en portales de motor– van en la misma línea. Según dicha fuente, la compra de vehículos de más de veinte años se disparó un 31% durante los meses de julio y agosto, alcanzando un total de 43.655 unidades en toda España en la antesala de la vuelta al cole y a los lugares de trabajo. “El dato refleja un aumento del interés por reducir los costes económicos”, aseguran desde Sumauto. Otra cuestión pendiente de evolución es la financiación de las operaciones. El consumo privado en tiempos de crisis es un espacio que bancos y entidades financieras en general visitan provistos de lupa. Saben que el riesgo de impago crece, con lo que la precauciones que toman son mucho mayores. | J. L. Z / J. G. H.

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