La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un móvil que parece dos

Samsung y Huawei lanzan terminales flexibles que rondan 2.000 euros, aunque los expertos no creen que sean el futuro de la telefonía

Terminal de Samsung , Galaxy Fold 2

Abrir un teléfono al que se le dobla la pantalla –y cuesta 2.000 euros– da respeto. Cerrarlo también. Una vez superados esos primeros movimientos, empieza la fiesta. ¿Qué se puede hacer?, ¿qué ventajas ofrece un móvil que se pliega?, ¿es el futuro o una moda?, ¿por qué todas las firmas apuestan por esta tecnología? LA PROVINCIA/DLP prueba el último terminal flexible de Samsung –el Galaxy Fold 2– para despejar las dudas más comunes sobre esta tecnología en alza.

Los teléfonos cada vez son más grandes, con baterías más duraderas y mejores cámaras. Todo a demanda del mercado. Ahora toca retorcer el móvil. “Hemos escuchado a los usuarios y estamos redefiniendo la experiencia del dispositivo”, apuntó el director de negocio de Samsung en el lanzamiento en España, en septiembre, del Galaxy Fold 2, uno de los teléfonos plegables más consolidados. Huawei también tiene el suyo, el Mate X (2.299 euros), y Xiaomi y TCL trabajan en sus modelos. Apple también prepara un móvil plegable para 2021. Oppo ya ha dado un paso más. Presentó un móvil con pantalla enrollable, sin pliegues.

¿Qué ofrecen este tipo de terminales? “La ventaja principal de un dispositivo plegable es que es más fácil de transportar; nos permiten llevar en el bolsillo un dispositivo que en un momento dado puede desplegarse para tener una pantalla mucho mayor”, explica José García Fanjul, miembro del del Colegio Oficial de Ingenieros en Informática.

“En esencia un teléfono plegable sigue siendo un teléfono, y por tanto, se puede hacer lo mismo que con el que tienes actualmente”. Es la visión de Pablo F. Iglesias, consultor de presencia digital y reputación online. A la pregunta sobre si merece la pena un terminal así responde con un “depende”. Uno debe valorar cosas tan prácticas como si “es más cómodo para meterlo en el bolsillo”, si el diseño permite sacarle más rendimiento o si da pie a prescindir de otro dispositivo, como una tablet. Esta última opción no es viable para Iglesias. No cree que el móvil desbanque a la tablet, sino que “una tablet expandida se transforme en un portátil” para trabajar en cualquier sitio y “sin la carga de notificaciones de un móvil”.

Entonces, ¿los terminales flexibles son solo una moda? “Aún es pronto para determinar si estos modelos van a convertirse en estándar. Cuando Apple sacó el iPad muchas personas, incluidos muchos profesionales, no veían la necesidad de tener un dispositivo que algunos consideraban un ‘iPhone grande’. Con el tiempo las tabletas se han popularizado”, apunta García Fanjul, ingeniero y profesor de Universidad .

Experiencia

Tras probar el Samsung Galaxy Fold 2 durante algo más de una semana, la conclusión es: puedo hacer lo mismo que con otro teléfono inteligente pero la pantalla abierta –128 milímetros de ancho– aporta algunas ventajas. La primera, a la hora de trabajar en varias cosas al mismo tiempo. Permite abrir hasta tres aplicaciones a la vez, incorporar más ventanas flotantes y mover los archivos entre ellas arrastrándolos, como en un ordenador.

Aunque podría parecer un teléfono para trabajar, al modelo de Samsung le faltan cosas como capacidad para una segunda tarjeta SIM, conexión de unos cascos convencionales (trae los suyos con enganche propio) o grabación de vídeo en 4K. Sí tiene 5G y desbloqueo por reconocimiento facial, dos básicos de los terminales de alta gama. Carga rápido, en hora y media, y la batería dura unas 48 horas.

El segundo de los puntos fuertes de un móvil plegable es el apartado de ocio. Los vídeos se ven a gran tamaño y nítidos, la música se escucha en estéreo y los videojuegos suben de nivel. Las apps de juego sí ganan en un teléfono con pantallón y la memoria suficiente para que no se pare en mitad del juego.

Los selfies también mejoran con un móvil flexible. Al doblarse, es posible aprovechar la cámara trasera para hacerse una autofoto. Es decir, el móvil abierto es, por un lado, un dispositivo todo pantalla y, por otro, una cámara con visor frontal.

Precio

Las pantallas plegables son caras. Los modelos que hay en el mercado rondan los 2.000 euros. “Las tecnologías recientes siempre tienen un coste más elevado que las asentadas”, explica García Fanjul. En 2008 un móvil con 4 GB de memoria podía costar 500 euros. Hoy en día pueden encontrarse móviles con 128 GB por menos de 200 euros. “Lo esperable es que el precio de estos dispositivos plegables baje con el tiempo si la tecnología se populariza”, pronostica.

FUTURO

Los expertos aseguran que es difícil predecir si estos teléfonos llegarán al gran público, pero sí creen que el futuro de la telefonía no pasa por hacer pantallas más grandes y flexibles. La innovación radica en eliminarlas. Iglesias apunta al concepto de “tecnología relajada”, dispositivos que solucionen problemas y no estorben. En esta línea van los asistentes de voz o los relojes inteligentes. Y los móviles, cuanta menos pantalla mejor. “En algún momento encontraremos la manera de proyectar con buena calidad e iluminación la pantalla en cualquier superficie”, vaticina Iglesias. Hasta que llegue el momento de hacer un cine de verano en cada superficie, toca exprimir todo el jugo del teléfono retorciéndole la pantalla.

Compartir el artículo

stats