El SPAR Gran Canaria, que el pasado sábado estrenaba su casillero de victorias en la máxima categoría del baloncesto femenino nacional, volvía ayer a la senda de las derrotas tras caer en su feudo de La Paterna ante el Araski Vitoria por 58-63, en el choque de la octava jornada. El equipo amarillo sigue en la zona baja de la tabla con un balance de 1-7.

El SPAR, ante su rival vasco, se estrelló de bruces contra la realidad de dos ligas dentro de la exigente Liga Femenina Endesa. Las ocho y, quizás, las diez primeras plazas no son su hábitat. Aún no. Al conjunto de José Carlos Ramos le falta banquillo para poder luchar el partido de principio a fin.

La opción de rotación de la entrenadora visitantefue una losa para el técnico local, que no vio oportuno dar entrada a sus júniors y optó por jugársela con la jugadoras de más experiencia a lo largo de los 40 minutos.

Aún así, el conjunto grancanario estuvo luchando por la victoria durante casi todo en el partido, pero siempre en formato remontada. Se colocaba el SPAR a seis puntos (53-57) cuando restaba minuto y medio, pero un error de Kai James al atrapar un rebote y una canasta de Tamara Seda devolvieron la normalidad al electrónico.

El primer cuarto arrancó con el conjunto vitoriano demostrando que tiene munición de sobra para ir rotando sus armas e imponer su ritmo ante un cuadro amarillo que sacaba petróleo de sus opciones para mitigar el potencial de las chicas de negro.

Un 12-23 marcaba la frontera entre una y otra escuadra, que se iba manteniendo en el segundo parcial, donde por las loclaes Sparkle Taylor no encontraba su punto de ebullición, lo mismo que Kai James y Sika Koné, que apenas ofrecían detalles de su verdadero potencial en pista.

Un 21-34 se reflejaba en el marcador del Pabellón de La Paterna al término de la primera mitad y ponía cuesta arriba la posibilidad de sumar la segunda victoria para el cuadro amarillo.

Hubo alternativas en el tercer cuarto, con el SPAR Gran Canaria pareciendo mejorar sus prestaciones, pero resultó un espejismo. Sparkle Taylor engordaba sus estadísticas, sobre todo tras la lesión de Tamara Abalde, y se estrechaba el marcador con un 35-41.

El Araski Vitoria, un rival cuajado con jugadoras como Laura Quevedo o la incombustible Anna Cruz, supo manejar los tiempos del encuentro hasta ese 58-63 final, merced a un triple de la alemana Alina Hartmann.