Galdós engrandece el arte de las viñetas

‘Nela’ de Rayco Pulido inició en 2015 un interés por adaptar la obra de Galdós al noveno arte

Una de las viñetas del cómic ‘Galdós y la miseria’ en donde el escritor grancanario reflexiona sobre su vida acompañado de Elena Miserias que actúa como su enfermera.

Una de las viñetas del cómic ‘Galdós y la miseria’ en donde el escritor grancanario reflexiona sobre su vida acompañado de Elena Miserias que actúa como su enfermera. / LP / DLP

Las adaptaciones al cómic de las obras de Pérez Galdós se han producido con regularidad en España desde que Rayco Pulido publicara en 2015 ‘Nela’. La última ha sido ‘Galdós y la miseria’.

Hasta hace más bien poco, y por muy increíble que esto pudiera parecer, eran escasas las publicaciones que se habían atrevido a adaptar la obra de Benito Pérez Galdós al cómic. Algo incomprensible si recordamos que se trata del gran genio de las letras españolas después de Cervantes. Un autor reconocido también, en ámbitos principalmente internacionales, como el Dickens español. Pero con la diferencia de que su homólogo anglosajón ha tenido la satisfacción de ver -desde la otra vida, claro está- cómo su obra, por muy triste y deprimente que nos pudiera parecer, se haya adaptado y se sigue adaptado al cómic y, aún más, a los dibujos animados. 

Algo que no pasaba en nuestro país con nuestro cronista de las miserias humanas. Pero todo esto empezó a cambiar desde el momento en que el dibujante grancanario, y Premio Nacional del Cómic, Rayco Pulido, publicara su magnífica adaptación de Marianela al noveno arte, retitulado como Nela. Desde entonces algunos de los ilustradores y guionistas más perspicaces del país se han acercado a la obra del novelista universal para llevar al terreno de las viñetas un legado tan importante.  

Inflexión

Por tanto, hay que situar como un punto de inflexión ese año, 2015, como el inicio del interés por la obra del genio grancanario desde el ámbito de la novela gráfica. No hay que olvidar, en este punto, que el autor realista hizo sus pinitos en el cómic como demuestran títulos del tipo El gran teatro de la Pescadería ambientado en la ciudad en la que nació.

Entre los cómics que adaptaban novelas del creador novecentista, la obra de Pulido mostraba esa España atrasada y mojigata en la que la iglesia marcaba el código moral de lo que estaba bien o mal con sus consecuencias nefastas en las clases más desfavorecidas. Pulido sitúa a la protagonista viviendo su drama bajo una estética casi minimalista, en un tono de agridulce blanco y negro, cuyas pinceladas de humor no evitaban una sensación de indefensión alrededor de ella y de que un infausto desenlace se avecinaba sobre el ya de por si desdichado personaje.

 En un polo totalmente opuesto llaman la atención los dos trabajos que ha realizado el dibujante José Pablo García y que se han publicado en la editorial Reino de Cordelia, de sendos Episodios Nacionales. El primero, El 2 de mayo, salió en 2020. El segundo, Los desastres de la guerra, que adaptaba la celebérrima Bailén, se publicó tres años después. García ha sido el autor más cercano a la técnica centroeuropea conocida como línea clara. Su pasión por mostrar todas las escenas desde una perspectiva atractiva y de formas bien definidas, con colores vivos y explosivos, recuerda a genios de la historieta española anteriores a él como Bernet Toledano que, curiosamente, con Los guerrilleros, también retrató un periodo histórico cercano al de Galdós. 

Otro grupo de cómics que han salido sitúan como protagonista al propio Galdós en un dialoga con los personajes de sus obras. Aquí se encuentra Galdós. Un escritor en Madrid (Oberón), de Carmen Fernández Etreros y Guillermo Menéndez Quirós que aborda los primeros pasos del escritor en la capital de España en 1962 a los 18 años con la tristeza de haber dejado en la isla canaria a su amada prima Sisita. 

El estilo amable y casi pictórico de Quirós recuerda a otro grande de la novela actual en nuestro país como Tyto Alba. Aquí también hay que subrayar el trabajo de Antonio Becerra y Alberto Hernández en 1892, que se sitúa en el año en que Galdós publica Tristana y La loca de la casa, además de haber estrenado su primera obra de teatro Realidad. Editada por la Casa-Museo del escritor, se trata del trabajo más ortodoxo y, a su vez, experimental del dibujante nacido en Las Palmas de Gran Canaria en su época de madurez con detalles minuiciosos. Y llegamos al último título publicado hasta el momento, que curiosamente conecta con el anterior con la implicación del propio Becerra, y que es una obra maestra de la novela gráfica española del último lustro. 

Se trata del primer volumen de Galdós y la miseria (Nuevo nueve) que, aunque sea de 2022 sigue estando de actualidad porque se acaba de publicar la tercera edición. Es la primera parte de una saga que abordará los últimos días del escritor en Madrid, pero con continuos flasbacks sobre su pasado. Se trata de un trabajo del guionista El Torres, especialista en cómic de terror o sobrenatural, pero que ya ha hecho alguna biografía muy bien recibida entre los aficionados como El fantasma de Gaudí. Y, por el otro, el dibujante Alberto Belmonte, creador de unas viñetas realistas y apaisadas, que combina colores fríos y cálidos indistintamente, pero siempre con tonos suaves y apacibles, en las que destaca su talento en mostrar lo que no se ve, los aspectos interiores de los personajes. 

La obra combina los hechos reales con ficticios dividida en un preludio y final, y tres capítulos. Cada uno de ellos termina con un texto de alguna novela que da una clave sobre el capítulo siguiente. Y si la primera parte acaba con su novela de 1889, el resto cita a Fortunata y Jacinta, Miau y Tormento, Su protagonista es Elena Menique, conocida como Elena Miserias, un trasunto de la criada y mendiga Benina de Misericordia centra este trabajo complejo, pero de sencilla lectura, del que ya esperamos su segunda parte.