Ahora sí que sí. Después de que se suspendiera la disputa del primer derbi canario de la temporada tras detectarse un positivo por coronavirus en las filas claretianas, dos semanas después el Santiago Martín albergará el partido de máxima rivalidad insular entre el Iberostar y un Herbalife (17.30 horas Movistar Deportes 1) que llega inmerso en un mar de dudas deportivas y con una inestabilidad extradeportiva imperante en las entrañas del club amarillo.

El Granca, medio tambaleante durante el arranque de temporada con solo dos triunfos en nueve encuentros disputados hasta la fecha, empieza a arrojar pequeños visos de recobrar la verticalidad sobre la lona con tres triunfos en los cuatro últimos partidos.

De mirar la tabla clasificatoria, al aficionado claretiano le da vértigo con solo ver a su equipo en la decimoquinta plaza, y más aún si echa la vista hacia lo más alto y observa como el Iberostar campa a sus anchas en la segunda posición con ocho triunfos y una sola derrota. Aunque no solo es en el balance de victorias lo que más temor da de cara al choque de esta tarde, sino en cuanto a las sensaciones competitivas que arrojan las dos escuadras, muy dispares.

Por si fuera poco en la marejadilla deportiva del Granca, también hay que unirle la situación anómala que vive el vestuario en la travesía de la temporada, carente de su capitán después de que Porfi Fisac decidiera apartar a Javi Beirán del cargo y la competición.

Después de la reunión que mantuvieron las partes implicadas el jueves para intentar resolver el divorcio Beirán-Fisac, los jueces del caso pospusieron la sentencia una semana más, a la espera de los resultados deportivos.

Tanto el presidente Enrique Moreno como el director deportivo Willy Villar han declarado abiertamente su apoyo al entrenador segoviano, aunque con cierto agarrotamiento, ya que lo que prima en este asunto es sumar en el casillero de triunfos en la ACB y el rumbo en esta competición dictará el futuro de Fisac.

En consecuencia, la resolución en La Hamburguesa al término de los cuarenta minutos de juego puede significar tanto la redención del Granca por un lado para quitarse el polvo y despegar en la Liga Endesa, con lo que conllevaría el refuerzo del entrenador y la consiguiente y obligada resolución de la situación con Javi Beirán, o por el contrario, de volverse de la Isla picuda con otra derrota liguera, la soga del técnico castellano-manchego se apretaría un poco más a su cuello y las oficinas claretianas tendrían que ponerse a echar números de lo que cuesta romper la relación contractual con Fisac, que firmó hasta 2022.

Dependerá del papel que haga Shermadini en la pintura amarilla, del estado de la pareja de bases Huertas-Fitipaldo, porque todo pinta a que el resultado depende del ánimo del Iberostar Tenerife.