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El Granca asiste a un clínic en Tenerife (99-80)

El Iberostar juega a su antojo con los claretianos de principio a fin y les mantiene antepenúltimos con solo dos triunfos

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Imágenes del derbi Iberostar Tenerife-Herbalife Gran Canaria

Si el Granca puede sacar algo positivo de su visita a Tenerife puede pasar en aprender a cómo se debe confeccionar una plantilla. Los roles de los jugadores de Vidorreta son claros, todos saben cuál es su cometido y las labores que tienen que hacer, sin extralimitarse en sus funciones. Una diferencia muy clara con la que se traduce la superioridad del Iberostar sobre este Herbalife y que le permitió aplastar por un claro 99-80 y sumar su novena victoria de la temporada y hundir un poquito más a los grancanarios en la clasificación.

Avisó Fisac del estilo de juego que imprime Vidorreta su equipo, con los conceptos muy claros. Bloqueos directos, pista abierta con amenazas exteriores en las esquinas y un juego de bases “inteligente”. Y así es como juega este Iberostar y así es como lleva nueve victorias en lo que va de Liga. Los catorce primeros puntos aurinegros llegaron tras cinco triples, dos de Salin, dos de Cavanaugh y uno de Doornekamp desde la zona más pegadita al banquillo tinerfeño; más un cuerpeo de Shermadini en la pintura. Fácil. Sin complicaciones.

A pesar del 17-10 que mostraba el marcador en el minuto 6 de partido, las sensaciones en el núcleo claretiano era que estaban haciendo bien las cosas. Salvo las ayudas en los extra-pass, la zona estaba cerrada, Shermadini controlado y sin conceder canastas fáciles. Todo era mérito del conjunto local, que explotaba sus virtudes a la perfección.

Paró el partido el entrenador segoviano para ajustar indicaciones. “Vamos a jugar Toyota Shore”, explicó Fisac a sus jugadores, mandó a Diop a la pista del Santiago Martín y le ecomendó a Okoye ocuparse del base chicharrero, ya fuera Fitipaldo o Marcelinho Huertas.

Con la quinta pérdida del Canarias, Vidorreta se mosqueaba con los suyos y emulaba a Fisac. Tiempo muerto y “a espabilar”, con el objetivo de irse al segundo cuarto con una ventaja más amplia de la que se llegó con el 23-15, tras siete triples convertidos en los diez primeros minutos en su haber.

Si la consigna era maniatar a Shermadini, el Granca podía estar contento. El georgiano estuvo apagado en el principio de partido. Tanto como el ritmo de partido, al que le entró una ráfaga de viento frío del microclima sempiterno lagunero. Quién sabe si remanente del ciclón Theta que amenazaba este fin de semana al Archipiélago.

Entre tanta revisión de jugadas por parte del trío arbitral, y la falta de ritmo amarillo con sus bases medio perdidos –como casi toda la temporada- sobre el parqué, incapaces de dar más de una asistencia en quince minutos de juego, doblaba en punto el Iberostar al Herbalife por 33-17 y amedrentando a los claretianos a cada segundo que caía en el reloj.

A modo hormiguita, sumando puntos y echando el cierre en su propio aro, los tinerfeños se hicieron dueños del partido con un parcial 17-7 en el segundo cuarto hasta el minuto 18. Fitipaldo dando un recital de pases a sus homólogos en el bando contrario y diciéndoles: “mira, así se reparten siete asistencias en apenas once minutos en cancha”.

Sentimiento de club

Tiró de amor propio el Herbalife en las últimas jugadas antes de irse al descanso para rebajar la diferencia a 13 puntos (43-30), a base de arreones desde el triple con Shurna y Ferrari, pero carentes de una idea fácil de juego, a diferencia del conjunto local. La jaula de grillos que vive el vestuario claretiano se contagia a la hora de competir y acusan una jerarquía establecida sobre el parqué en el que cada jugador hace la guerra por su cuenta.

El mismo amor por unos colores que mostraba Diop, criado en la cantera insular, y que era capaz de sacar de quicio a probablemente el mejor pívot de la ACB como es Shermadini y al que le atosigó hasta obligarle a sentarse en el banquillo con tres faltas tras la reanudación del partido.

Pero si había algún problema de faltas en La Hamburguesa, ese lo tenía Costello, que al minuto 25 acumulaba 4. Desconocido está Gladiator esta temporada, sin demostrar el brillo de la campaña anterior que le hizo ponerse en la lonja de los clubs Euroliga. Al banco con -4 en valoración y sin aportar a su equipo.

Consiguió bajar de diez puntos el Granca gracias al acierto de Dimsa. El talento lituano incrementaba su cuantía personal hasta los 12 puntos en su buchaca y firmaba el 52-43 para intentar poner el miedo en el cuerpo del Iberostar e intentar vengarse del UCAM Murcia, cuando sufrió una remontada de 24 puntos frente a los tinerfeños en septiembre. Puestos a soñar…

De esos cantos oníricos se ocupó Wiley en la autopista hacia el último cuarto con seis puntos consecutivos tras estar escondido en la primera parte del encuentro. 63-52 a falta de diez minutos y la esperanza de llevarse el derbi aun latente.

Entre los triples amarillos, que mejoraban el porcentaje que acumuló en los tres primeros cuartos, inferior al 25%, con Ferrari y Albicy desatascando desde lejos, más el extra de energía de Wiley intentaban contrarrestar el despertar de Huertas, que ya en el último cuarto se ponía las pilas y tiraba del cuarto con canastas fáciles y repartiendo el juego entre los de la camiseta negra.

Pero sigue acuciando la inconsistencia defensiva este equipo. Por muy acertado que estén de cara al aro rival, si no cuidan la parcela propia, pocas opciones tienen de labrarse las victorias y ya el balance empieza a ser preocupante en este club, sumergido en lo hondo de la clasificación.

Las caras en los últimos minutos del partido de los jugadores claretianos fueron ya una declaración de intenciones. Escasa fe en una hipotética remontada y entregados al acierto del Iberostar, que se gustaba con Shermadini regalando una clase al Granca de cómo se debe jugar a este deporte.

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