La crisis del Granca continúa en la Liga Endesa. El conjunto claretiano firmaba ayer, frente al Unicaja Málaga, la quinta derrota consecutiva en seis jornadas (80-84); solo suma un triunfo, en la primera jornada ante el Bilbao Basket-. El cuadro claretiano, al menos, dejó entrever un cambio de actitud. Al contrario de sus últimas apariciones en la competición doméstica, los pupilos de Porfi Fisac mostraron una mejor fortaleza metal ante las adversidades, pero con eso no le fue suficiente para cambiar su dinámica negativa.
A pesar de encajar un parcial de 11-25 en el segundo cuarto, los amarillos a la vuelta de los vestuarios salieron enrabietados y no le perdieron la cara al duelo, como había sucedido últimamente a un Herbalife que ayer tuvo en Matt Costello y Andrew Albicy a sus principales artilleros en ataque, firmando 18 puntos cada uno. Por su parte, Darío Brizuela, un auténtico quebradero de cabeza, acabó como máximo anotador del encuentro con un total de 23 puntos.
Porfi Fisac, técnico del Granca, intentó de inicio fortalecer el juego interior de su equipo alinenado juntos a Matt Costello, Jacob Wiley y John Shurna, buscando poner fin al déficit reboteador que le había costado tan caro en los encuentros precedentes.
Y pareció que la jugada le salía bien, porque el Herbalife mantuvo el tipo en un primer cuarto igualado hasta los minutos finales, donde los locales consiguieron una ventaja de cinco puntos (21-16).
Pero fue comenzar el segundo acto y aparecer fantasmas del pasado en el Granca. Con un Brizuela estelar en el lanzamiento exterior, con una defensa de Albicy muy flotante, el Unicaja Málaga encadenó un parcial de 2-15 (23-31) a diez minutos del descanso.
Se temía lo peor. Pero el conjunto de Porfi Fisac no tiró la toalla como en ocasiones anteriores. Matt Costello, con un 2+1, dejaba el 30-35 en el electrónico, pero de nuevo los visitantes metieron la directa para alcanzar el intermedio rozando los dígitos de diferencia en el tanteador (32-41).
En la reanudación, la película seguía siendo de terror para el Herbalife. Tras un parcial del 3-9 a favor de la escuadra malagueña, los amarillos se veían con un -15 en su contra a falta de algo más de siete minutos. Llegó de inmediato el tiempo muerto de Porfi Fisac. Y también la reacción insular. Un 7-0 para aliviar las penas (42-50), lo que llevó a Luis Casimiro, entrenador de los malagueños, a detener el encuentro para rehacerse.
Festival triplista
Y a partir de ahí el duelo entró en una auténtica guerra desde más allá de la línea de 6,75, que finalmente se saldaba con un 60-64 para los visitantes a falta de 10 minutos para la conclusión. Las cifras lo dicen todo: en este acto entre ambas escuadras firmaron un total de 11 triples, seis para los locales por cinco de los visitantes.
Ahora sí, el Granca invitaba al optimismo. No era el equipo abatido ante la adversidad de sus últimas apariciones. El encuentro, en los primeros minutos del cuarto decisivo, seguía en la tónica de la igualdad, hasta que el matador Darío Brizuela volvía a poner la decena de puntos de diferencia a favor del Unicaja Málaga a falta de cuatro minutos para la conclusión (63-73).
Pero tampoco ahí se vino abajo el Herbalife, que siguió remando confiado en romper su mala racha de una vez por todas. Jacob Wiley rebajó la desventaja a cinco puntos (72-77). Pero a cada acercamiento de los locales reaccionaban de nuevo los malagueños.
Guerrero, otra vez, dejaba el marcador con un +10 favorable al Unicaja cuando solo restaban 2.40 para el bocinazo final. Y siguió creyendo el Granca. Un triple de Dimsa ponía el 77-82 con un minuto y medio todavía por jugarse. Pero no hubo desplome del conjunto visitante, que siguió jugando con cabeza para finalizar llevándose el triunfo del Arena a pesar de los esfuerzos de un Granca que sigue en dinámica negativa (80-84).
