El fin de semana da un respiro al muelle de Arguineguín. La ausencia de llegadas de migrantes a Gran Canaria en las últimas 72 horas ha permitido liberar la presión del campamento de la vergüenza. Según datos de Cruz Roja, anoche solo quedaban 592 personas en las carpas. Un dato, que aunque continúa superando la capacidad máxima del lugar –420 plazas–, resulta esperanzador al compararlo con las cifras de las últimas semanas: hubo días que allí se hacinaron más de 2.000 personas.

En tres días solo ha llegado a las Islas una embarcación con 48 ocupantes. Los migrantes, con buen estado de salud, desembarcaron en el Puerto de la Restinga, en El Hierro, el pasado jueves. Y a partir de entonces no han aparecido más embarcaciones en las costas del Archipiélago. Una situación que coincidió con la visita a las Islas de los ministros de Transportes y Migraciones, José Luis Ábalos y José Luis Escrivá.

Ya han pasado más de dos semanas desde que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, prometiera en su visita a Canarias el cierre definitivo e inminente del campamento en el muelle sureño, pero las carpas todavía están operativas y sigue sin haber fecha definida para su clausura.

A última hora del viernes, había 860 migrantes en Arguineguín, la primera vez en aproximadamente dos semanas que el número de personas congregadas en el muelle bajaba de 1.000. A principios de esta semana, el muelle reunía a unos 2.500 migrantes tras las numerosas embarcaciones llegadas a la Isla durante el pasado fin de semana.

Además de la ausencia de llegadas, los traslados han favorecido el desatasco del muelle. El Estado continúa llevando a los migrantes desde Arguineguín a complejos hoteleros y al nuevo Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) en Barranco Seco. crisis mig, solo ayer fueron 136 los trasladados a establecimientos turísticos.

El primer grupo de 200 personas que ingresó esta semana en el CATE montado por Defensa en Barranco Seco cumplió ayer las 72 horas máximas de retención estipuladas por ley.

Numerosas instituciones y ONG, como Human Rights Watch y Médicos del Mundo, han denunciado la situación de hacinamiento en la que se encuentran los inmigrantes en el muelle.